9 de nov. 2016

5 anys ....





Maleïdes malalties ....... Papa, cinc anys i sembla que era ahir!

Aquest any, en fa cinc que el papa no hi és. L'ELA se'l va endur. Precisament aquesta setmana ens ha deixat en Jano Galán, un noi de 39 anys, pacient d'ELA, que va tirar endavant l'agosarat projecte Dgeneración per donar més a conèixer la malaltia a la societat i recaptar fons per a la seva investigació.

La seva dona, la Natàlia, va escriure un conte per als seus tres fills (la Nora, en Yago i la Lara) que es va llegir a la cerimònia de despedida d'en Jano. La veritat és que és tan maco que no me n'he pogut estar de reproduir-lo aquí....


EL CUENTO DE NATALIA

En el cielo, dos angelitos miraban atentamente hacia la Tierra. Un aprendiz de angelito que pasaba por allí se acercó a ellos y les preguntó, curioso:

–Lorena, Javi, ¿qué estáis mirando?

–Estamos esperando la señal –dijo Lorena.

–¿Qué señal?

–Cuando alguien en la Tierra se muere, nos manda una señal para que bajemos a buscarlo.

–¿Se muere? ¿Qué es “se muere”?

Los angelitos se miraron y le invitaron a que se sentara en la estrella, junto a ellos.

–Mira –le dijo Javi, señalando la Tierra–. Ahí está Jano, con su mujer Natalia y sus hijos, Nora, Yago y Lara. Jano se puso pochito un día y su cuerpo empezó a estropearse. En la Tierra, el cuerpo es como el coche del alma, y, como un coche, cuando se estropea y nadie puede arreglarlo hay que bajarse, porque si no, te quedarías parado en medio del camino, sin poder ir a ningún sitio.

Lorena prosiguió:

–El cuerpo de Jano ya ha dejado de funcionar, así que su alma tiene que bajarse y dejarlo para poder seguir avanzando.

–¡Pero eso es muy triste! –dijo el aprendiz con los ojos llenos de lágrimas.

Los angelitos le cogieron de las manos y siguieron con su explicación.

–Las cosas tristes muchas veces hacen que valores las buenas, ¿sabes? Cuando una parte del cuerpo de papá Jano se estropeaba, Nora, Yago, Lara y mamá Natalia se unían para conseguir que él pudiera seguir adelante. Y cada vez que eso sucedía, sus corazones iban creciendo, iban haciéndose inmensos. Esta familia se quiere infinito, y esto que les ha pasado ha hecho que se quieran aún más.

–Entonces… ¿hoy vais a bajar a buscar el alma de Jano? –siguió preguntando el angelito.

–Sí. Hoy vamos a bajar a buscar a Jano, para traerlo aquí con nosotros. Tenemos que esperar a que Nora, Yago y Lara enciendan la luz de sus velas. Entonces, el alma de papá Jano se convertirá en estrella.

–Pero entonces… ¿ya nunca más podrán verlo y estar con él? –insistió el aprendiz.

Lorena y Javi sonrieron y le respondieron:

–Cuando Jano sea una estrella, ya no necesitarán verlo.  Durante el día lo llevarán en su corazón, y por la noche, él brillará para ellos.






Alb.

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